viernes, 23 de septiembre de 2011

I can see from miles, miles, miles.










Esto no es Islandia. Es el lugar al que vamos cuando morimos.


























Cuidate mucho, "Mosi".
Un fuerte abrazo.
Papá-

miércoles, 14 de septiembre de 2011

S.P.N.B






S.on p.reciosos n.uestros b.esos,
aunque nadie pueda verlos.


Para que la Luna llena nunca choque contra el suelo.
Para que siempre podamos conocidos encontrarnos.
Alargarnos la sonrisa, sacudirnos la distancia,
y poder burlar al tiempo...




Para que la Luna llena nunca choque contra el suelo.




























Y en la procesión del Cristo engañaremos hasta al viento.


Son
preciosos
nuestros
besos.

martes, 6 de septiembre de 2011

J'ai plus de souvenirs que si j'avais mille ans.



Salamanca, año 2011.




Volvemos al punto de partida. A la ciudad que me vió como novata en todos los sentidos. Tras un año de aprendizaje (más social que académico) en tierras galas, Salamanca me vuelve a recibir. Mucho ha llovido desde aquel 1 de septiembre en el que me preguntaba qué sería de mí en los próximos meses de aventura Erasmus. Tantos amigos, conocidos, momentos inolvidables, gente que vino y se fue, gente de la que no he vuelto a saber nada y gente que sé que siempre estará ahí, al otro lado del teléfono/chat de Facebook/skype. En Angers dejé algo más que una ciudad. Fue una parte de mi como ser humano, como etapa en la madurez, en la experiencia de la vida. 










Mi última etapa en Angers fue de las más intensas. Salidas nocturnas en las que nos dejábamos llevar por los impulsos ebrios del momento. Correr por el césped y entre los aspersores, enfadarse con las bolsas de basura situadas en plena calle. Y, al final de una noche de sushi y vino de Saumur, Oriente se presentó ante mi. Alguien con aires de revolución, recién llegado de la puerta del Sol, nos escuchó hablar español y no dudó en acercarse a nosotras. Un sirio revolucionario. Y las revoluciones dan lugar a revoluciones. De nuevo en un sofá de sobra conocido y estudiado. 


A ello le siguieron noches de vino blanco, poemas de Beaudelaire, canciones protesta en modo "rap", Louis Amstrong sonando continuamente, aires legales y otros menos legales, especias venidas de la mismísima Siria, discusiones en un árabe-kurdo donde no se entiende nada. Un mes interesante. Aunque, como siempre, no es oro todo lo que reluce. El egoísmo llega a hacer insoportable a la gente. Aún así, la experiencia mereció la pena. 


Sin duda, volveré. En octubre, para verlos a todos.


Ahora hay que pensar en matrículas. Y en una Salamanca renovada desde que me fui. 


Pero los cambios son buenos.




Sí.