jueves, 16 de diciembre de 2010

Vuelve a casa, vuelve por Navidad.


Ya han pasado tres meses y medio. Siempre he pensado que cuando la gente dice que "el tiempo vuela" es una exageración. Pero realmente el tiempo vuela cuando uno se lo pasa bien, cuando está disfrutando o simplemente cuando está teniendo una experiencia única en la vida que desde luego va a ser irrepetible. Ya he consumido la mitad de mi tiempo. Me queda otra mitad... que empezará en enero del 2011. Uf, 2011. 
Me cuesta escribirlo, de hecho.
Las soirées han continuado, a cada cual mejor. Mezcla de gente de diferentes orígenes, sigue siendo nuestra receta. Y hasta ahora funciona. Nos esperan muchas más, pero antes está la terrible etapa de los exámenes... en fin.
Aunque en escasas dos semanas volveré a pisar tierras galas, voy a echar de menos sobre todo el hecho de estar a mi bola. Ser quien yo quiera. Sin embargo ahora tengo que enfrentarme a una avalancha de preguntas y opiniones varias sobre Francia, que qué tal se portan los franceses, y bla bla bla. ¡Salid fuera de vuestros agujeros y lo veréis vosotros mismos! Atreveos a dejar vuestro pequeño pueblo, vuestras amistades tan faltas de ver mundo y experimentad un poco. Ay, pero es que la sopa de mamá es tan rica y se está tan bien en casa... con este tipo de gente tendré que lidiar en estos días. El cambio va a ser brutal, sí.
Because Spain is different.

Pero todo cambio es necesario. Aunque sea por poco tiempo.


El sábado me espera el viaje de vuelta a casa por navidad. Cual anuncio de turrón.

Y la banda sonora de la mayoría de mis viajes la pone esta canción.






Joyeux Noël.